La pistola se balanceaba entre su cabeza y su mano, el temblor era intrigante, incluso para el usuario, algo fuera de lo normal, por un instante penso que erraría el tiro, su suerte habia sido tan mala que contaba con la seguridad que nisiquiera era bueno para esa tarea, su cabeza se inundaba con la insegurirad de atinar en un balanco tan corto, pero temia el acercarla mas a su cabeza, algo le decía que estaba a la distancia perfecta, que no podría fallar, se quito el arma de la cabeza para asegurarse que el seguro no estaba puesto, admiro el color plateado perfecto de el arma, obserbó el perfecto color como si hubiese sido la unica cosa en armonía que hubiese visto en su vida, la dirigió a si cien y en un cambio repentino la apunto a su boca en la parte superior tendiendo un poco más a su derecha, teniendo como ultimo penamiento, es la mejor desición que e tomado, a la derecha y no a la izquierda.

El Andariego

Con un serrucho corta el bat de beisbol de su hijo, dice que es para que dañe más a corta distancia, por si algún día lo tiene que usar en la cabeza de alguien. Le digo que eso no es una escopeta. No me hace caso y empieza a desmantelar la tubería de agua.