Era solo una tarde cualquiera mientras nos acercábamos a la multitud para ver el porque del tumulto.
Nadie decía nada, solo observaban. Nadie parecía sorprendido ni impactado. Volteo a verla, verle la cara, ver su reacción. Ella solo observa con rostro serio y contemplativo, igual que todos. Contengo la respiración y cierro los ojos.
Solo por un segundo. Para recuperar el sosiego.
Vuelvo a abrir los ojos con resignación. Como si estuviera muerto y mi alma flotara, veo desde arriba a la multitud creando un círculo alrededor de un perro sarnoso con brazos y piernas humanas pariendo la cabeza de un Cristo de madera.
…
-"La furia se desvaneció"- Murmuró una anciana.
…
Kancer
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