lunes, 5 de abril de 2010

Jambudvípa

Era una tarde tranquila. Ella me sonreía mientras bebía de su refresco. Era una tarde húmeda. Cruzábamos lentamente el parque mientras las gotas de la fuente nos mojaban los pies.
Era solo una tarde cualquiera mientras nos acercábamos a la multitud para ver el porque del tumulto.

Nadie decía nada, solo observaban. Nadie parecía sorprendido ni impactado. Volteo a verla, verle la cara, ver su reacción. Ella solo observa con rostro serio y contemplativo, igual que todos. Contengo la respiración y cierro los ojos.
Solo por un segundo. Para recuperar el sosiego.
Vuelvo a abrir los ojos con resignación. Como si estuviera muerto y mi alma flotara, veo desde arriba a la multitud creando un círculo alrededor de un perro sarnoso con brazos y piernas humanas pariendo la cabeza de un Cristo de madera.

-"La furia se desvaneció"- Murmuró una anciana.


Kancer

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