Un niño italoamericano de 10 años, 1902, Coney Island, Nueva York.
Un grupo de personas lo detienen, le hablan en Ingles, pero el habla una especie de italo-ingles, lo amenazan de muerte. No más inmigrantes le dicen. El niño no entiende y empieza a llorar, alguien le da un puñetazo en la cara y lo deja semi-noqueado, otra persona lo levanta y saca un revolver, le apunta a la cabeza, el niño no reacciona, varias personas pasan de lado, pero nadie quiere ver, el tipo mueve la pistola y apunta a la oreja , dispara…
Lo suben a un coche y van al puerto, le pagan al encargado de un barco que está a punto de desembarcar…
El niño abre un poco los ojos, alguien grita. Algunas personas le preguntan su nombre pero él no entiende, solo dura unos momentos y se vuelve a desvanecer…
Todos empiezan a bajar del barco, alguien pregunta por el niño y otro señala al dueño del barco, él se encarga, dice alguien en la muchedumbre…
-Roma!!!, Roma!!!, Entiendes!!!, Oye!!, Despierta-, el niño apenas puede sostenerse de pie. El trabajador le reclama a su jefe, -no podemos dejarlo aquí, se lo van a comer en la calle- el Jefe se queda observando al niño, -No podemos llevar muertos en el barco-. Lo bajan
Llega a Roma, pero no entiende que es esto. Nunca había salido de Nueva York, no entiende como es otra ciudad, -Oye niño, hasta aquí llegamos- le dice el encargado del coche en el que va, -Hablas Italiano?- le cuestiona. El niño responde pero nadie le entiende, el niño solo habla las palabras que aprendía aislado en su casa y algunas que aprendía en la calle, a nadie le importa. Lo bajan en una plaza…
El niño coge una manzana y la observa detenidamente, parece que el niño esta hipnotizado. Un golpe muy fuerte en la cara lo despierta. –Tú eres el ladrón que me roba mis frutas-, le dice el dueño de la tienda, -Todos los días te llevas algo, hijo de puta- El niño quiere huir, pero no tiene fuerzas para levantarse y salir corriendo. El dueño continua gritándole –Contéstame!!!, Hablas italiano???- El señor toma la manzana y se la avienta al niño. La manzana queda en el suelo y el señor la aplasta, la manzana se mezcla con el charco en que ha caído. –Ahora sí, es tuya hijo de puta- El señor se va, nadie observa, todos son indiferentes. El niño toma la manzana y se la come…
jueves, 23 de diciembre de 2010
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