sábado, 19 de septiembre de 2009
Segunda parte
Tenia una semana de haberme graduado de la universidad y muchos años de llevar una doble vida, nunca saque una calificación por debajo del 90 y gane todos los concursos académicos nacionales e internacionales en los que la escuela participaba, había tantas diplomas en mi casa que tenía que tirar algunas pero no me decidía cuales eran mas importantes, acababa de meter aplicación para una de las empresas mas reconocidas de la ciudad cuando mis padres me descubrieron teniendo relaciones con mi mejor amiga; la golpiza que nos propiciaron mando a mi amiga al hospital y a mi a la calle casi moribunda, vague durante semanas en la obscura soledad entre la compañía de los desconocidos, ni yo misma me reconocía, fui un par de veces al hospital pero Fernanda seguía en coma, trabaje en una panadería lavando los pisos y llevando las provisiones durante casi dos semanas, hasta que el hijo de el dueño intento violarme, lo golpee tan fuertemente que creo haberlo matado, tome la mayor cantidad de dinero de la caja registradora y busque refugio en uno de los barrios mas desolados de la ciudad, busque un departamento pero parecían estar todos ocupados, al cabo de dos días se registro una balacera en los departamentos mas viejos del lugar, en cuanto supe que habían matado al inquilino del apartamento 18 corrí a rentarlo antes de que me lo ganaran, pague dos meses por adelantado y comencé a buscar trabajo, llevo dos semanas viviendo aquí y a cada momento me doy cuenta que es un asco, pero nadie me molesta, eh tenido algunos encuentros sexuales con mis vecinas pero todo termina con una pelea, nunca pensé que seria tan buena para los golpes, sin embargo, hay algo o mejor dicho alguien que me intriga, la muchacha que vive en el departamento 17 es un misterio, hace cuatro días llego un muchacho en un estado deplorable hablando físicamente y desde entonces no se ah ido del ahí, cada mañana se despierta gritando y en las tardes corre por todo el edificio como si estuviera buscando algo, tengo la esperanza de que algún día se largue por que no aguanto las ganas de conocer mas a fondo a mi vecina que por lo que eh escuchado se llama Mariana.
Por : Javier Cárdenas
viernes, 18 de septiembre de 2009
1era Parte
Nunca sentí nada con Joaquín, duramos poco más de dos años y realmente lo que único que saque de ese tiempo fue un tremendo asco y la infinita sensación de sentirme cada día más vacía, terminamos un jueves en una fiesta de su hermana, el estaba muy borracho y le dije que estaba harto de él, su respuesta fue aventar todo lo que estaba a su alrededor e intentar golpearme, nunca lo volví a ver. Ese domingo entró mi hermano a mi habitación mientras simulaba que dormía, me abrazó y lo besé, fue la primera vez que hicimos el amor, creo que tenía 17 años.
Deje la escuela, deje a mis amigos, deje todo y me fui a vivir lejos, me sentía débil, le escupía a la gente y ellos me golpeaban, vomitaba en cualquier lugar y me daban la espalda. Trabajaba en donde podía y nunca duraba más de una semana, cogía con el casero para no pagar la renta.
La tierra seca, el asfalto caliente de la ciudad, cada día tenía un hueco más grande en mi estomago. Un día el casero me gritó desde el piso de arriba, -Mariana, un tipo muy raro está preguntando por ti. Ve cállalo- Así gritaba para que todo el edificio escuchara y pensaran que era una puta. Baje y abrí la puerta, mi hermano estaba allí, pálido, nervioso, con lentes obscuros y el pelo demasiado largo. –Que pedo Mariana, déjame entrar-
Viajo una semana de autostop para llegar aquí, le robaron su equipaje y el robo equipaje. Se metió en negocios que no tenía y ahora estaba sentado en mi cama. Después de unos minutos sin decir nada, me dijo que estaba muy jodida, y después rectifico, -No creas que me estoy burlando, siempre has estado bien jodida, pero ahora estas peor- Se detuvo un momento, -Es un cumplido, en serio-. Esa noche se quedo a dormir e hicimos el amor, a las 6 a.m se levanto y dijo algo. Me despertó gritando.
Sand
domingo, 13 de septiembre de 2009
Oscar llegó corriendo con una mujer semidesnuda en sus hombros, Erick y el Chacho veían como la metían en el asiento trasero. Les decía riendo que era la esposa de Matías Guerrero, el Chacho se quedo inmóvil. -Vámonos ya- grito Oscar.
Ella estaba solo en ropa interior, el blanco de su piel contrastaba con el negro de su lencería y el rojo de sus ojos, estaba totalmente drogada, y Oscar les explicaba que se había subido a una terraza, y allí estaba ella, tirada en estado inconsciente, -Y te la trajiste así nada mas?-Preguntó el Chacho- Que chingados tienes en la cabeza. El esposo es el traficante más grande de la ciudad, nos va a llevar la chingada cuando alguien se entere-
Erick no dudo y llevo el carro hasta Puerto Alegre, bajaron del carro y llevaron cargando a la mujer hasta la arena, -Se llama Martha-Dijo Oscar mientras caminaba rumbo al mar- Martha no se que, tiene apellido Alemán- Ella tenía un cuerpo impresionante, pero se veía muy pálida, No había ninguna luz alrededor, solo la luna reflejaba con el mar, y le daba un tono demasiado azul a lo que estaba pasando en esta playa. -Vamos a mojarla un poco en el mar a ver si se le baja-Dijo Erick. Entre los dos la llevaron hasta que el mar les llegaba al pecho. El Chacho la sostenía por detrás mientras Erick le hablaba fuerte para ver si reaccionaba, El Chacho le dijo que los dejara un momento solos, Erick se molesto y se opuso, -para que chingados la quieres- Le gritó,
Oscar nadaba a lo lejos y les empezó a hacer señas, vieron que un carro se estacionó al lado del suyo. Algunas personas se bajaron corriendo y empezaron a disparar con metralletas, Erick vio como una bala le daba al Chacho en el hombro, sintió un dolor muy fuerte en la pierna izquierda y se hundió completamente en el agua. Después de un rato no entendía como había durado tanto tiempo nadando bajo el agua, cuando se dio cuenta sabía que estaba lejos de la playa, empezó a sentir un calambre en toda la pierna y veía que sangraba abundantemente. Podía ver luces a lo lejos y seguía escuchando los balazos, sabía que no podía durar mucho tiempo en el mar, trato de flotar un momento mientras las luces se iban, pero nunca se fueron, trato de nadar unos minutos más pero sus piernas se vencieron.
Sand
lunes, 7 de septiembre de 2009
Quinta y penultima parte
Ya estaba entrando las noche y comenzaba a hacer frío, así que Oscar les dijo al grupo de borrachos que al menos que le consiguieran buena ropa, ya que aun se encontraba en ropa interior, una camiseta a rayas, unos tirantes y un poco de pintura blanca y negra no entregaría en mas de una dirección, los muchachos comenzaron a reír a carcajadas y entre sollozos le preguntaron, que ahora piensas ir a entregar como mimo, Oscar les arrebato de nuevo el tequila y les dijo – No se burlen que están frente al famoso mimo de la Avenida Marcelott y esta noche no seré el único que termine con billetes hasta mas no poder, el grupo de alcohólicos lo volteo a ver desconcertados pero al poco rato comprendieron que el mimo era el muchacho que se encontraba tirado en la arena viendo las estrellas y echando una que otra mirada al grupo para correr en caso de algún percance, los muchachos se asombraron de que el fuera el mimo pero conociendo a Oscar no dudaron en que fueran amigos ya que este era algo excéntrico; los muchachos dieron media vuelta y fueron de prisa a conseguir lo que Oscar había pedido, ya solos Erick pregunto que que era lo que sucedía, a lo que Oscar respondió – Son buenos amigos míos y los viernes me dan la dirección de alguna fiesta masiva de niños ricos para que les venda algunas pastillas u otras cosas dependiendo del pedido, ya después de hacer mis ventas me quedo un rato en la fiesta y veo haber que me llevo, pero ahora tomando en cuenta que consumí un poco de mi mercancía antes de llegar por ti y por eso te hice perder tu tarde estelar, te conseguiré la ropa que necesitas, les diré a los niños bien que llevo un buen show, harás tu trabajo después de que yo les venda sus medicinitas y veras como después de eso saldrás lleno de billetes que no vas ni a poder caminar, Erick quiso articular alguna maldición que describiera completamente a su compañero pero al no poder encontrar una, solamente le arrebato la botella, le dio un profundo trago y dijo – Como quieras.
Al cabo de una media hora llegaron los amigos de Oscar, al parecer tenían alcohol a mas no poder pues llegaron con otras dos botellas distintas, para ese entonces Banowel ya se encontraba un poco ebrio pero no lo suficiente para no seguir el plan, se vistieron de inmediato y tomaron el auto en el que los otros muchachos habían ido a conseguir la ropa y la pintura para el mimo.
Paso aproximadamente media hora desde que salieron de la playa hasta que llegaron a una de las casas mas grandes y lujosas que Erick había visto en su vida, Oscar se bajo como de rayo y le dijo a Erick espera aquí y cuando me asome a la puerta entras de inmediato y haces lo tuyo, Oscar quiso correr pero el mimo lo detuvo y le dijo, - Espérate, déjame la botella para que me haga compañía por si te tardas, Oscar se la lanzo y casi la rompe si no fuera por los excelentes reflejos y la necesidad del mimo por otro trago para los nervios, pasaron aproximadamente veinte minutos antes de que saliera Oscar a la puerta, entonces el mimo camino algo inseguro pero ya dentro del lugar se sintió un poco mas cómodo, había gente por todos lados, la mayoría de ellos lo miraban y solo murmuraban, entre risas, cosas como – El es el mimo, ya llego, hicieron pasar a Erick a una sala enorme en la que todos lo rodearon y comenzaron a aplaudir, o al menos eso intentaron pues estaban tan ebrios y drogados que solo gritaban y se golpeaban unos a otros, el pobre mimo no sabia ni por donde comenzar, de pronto llego a su mente cada escena de su ajetreada noche y sin pensarlo comenzó a imitar a su alcoholizado compañero de principio a fin, la gente moría de risa mas por los efectos de las pastillas que por otra cosa y comenzaban a lanzar billetes al aire, Oscar los recogía mientras veía el talento de su ahora amigo Erick y no dejaba de impresionarse, después de varios minutos el mimo termino su show y toda la gente no paraba de reír, aplaudir y tirar dinero, a pesar que llevaban los bolsillos cargados del preciado papel moneda, la mayoría se quedo en el piso pero ni a Erick ni a Oscar les importaba, fue un total caos al momento de dejar la residencia ya que todos quería tocar o abrazar al mimo, ya fuera de la multitud corrieron al auto y Oscar se detuvo en seco – Que pasa olvidaste algo, pregunto Erick desconcertado, - No, simplemente quería decirte que en verdad eres bueno, - No chingues dijo Erick vámonos que aun hay otra entrega, Oscar soltó una carcajada y saco de su chamarra varias cervezas haciendo ademanes de victoria, se subieron al auto y ya casi por llegar a la segunda entregas mas borrachos que concientes, escucharon una voz que provenía de el asiento trasero, - A donde vamos wey, o al menos eso parecía que decía, se levanto un joven que se encontraba sumamente alcoholizado y que Oscar reconoció como el dueño de la casa anterior, el mimo y su amigo soltaron una enorme carcajada y el joven del asiento trasero los imito, le ofrecieron una cerveza y este la acepto casi por instinto, después de un momento llegaron a la segunda residencia, era un poco mas pequeña que la anterior pero sin duda había mas gente, - A huevo, dijo la voz del nuevo integrante del grupo – Otro party, Oscar entro mientras Erick y el joven que resulto llamarse Sergio al cual apodaban el Chacho, esperaban afuera la señal de su compañero, pasado un rato, Erick y el Chacho fueron a orinar en un árbol que estaba cerca del auto, regresaron y comenzaron a preocuparse pues habían pasado cuarenta minutos y no tenían ni una señal de Oscar.
Por: Javier Cárdenas Naranjo
domingo, 6 de septiembre de 2009
Cuarta parte
El conductor dejo su autobús aparcado en una orilla del estacionamiento, Oscar entró disimulando por una ventana que estaba entreabierta y tomo el bat que estaba bajo el volante. Salió del autobús por la misma ventana y cayó de espalda sobre el asfalto. Erick se acerco para levantarlo, pero este de un brinco se levantó. -Vamos por el taxi- dijo.
Pasaron cerca del centro de la ciudad, era tarde y solo había unas personas en la calle, le dijo al conductor que se detuviera un momento. Erick se quedo adentro del taxi mientras Oscar caminaba con el bat en la mano rumbo a un cajero de un banco. El taxista escuchaba música y en ningún momento volteo a ver. Oscar golpeaba una y otra vez el cajero y no lograba mucho, de tanto forzar el bat de madera se rompió a la mitad. Cansado volvió al taxi sin un solo peso. Erick dejaba de sorprenderse por la actitud de su compañero.
Bajaron del taxi y le pagaron con una bola de monedas, el taxista les grito, pero a ellos no les importo mucho y siguieron avanzando. Puerto alegre era una zona gris de la ciudad, lo que antes eran edificios de viviendas, hoy solo eran lugares abandonados que el tiempo iba destruyendo poco a poco. Era noche y avanzaron hasta topar con el mar, cerca se veía un grupo de amigos que estaban bastante excedidos en alcohol.
Erick le pregunto a Oscar, qué hacían allí?, Oscar se levanto y tenía una botella en la mano que encontró en medio de la arena, poco a poco se fue metiendo al mar, le dijo que lo esperara un momento, tenía que hacer algo. Erick se recostó y se quedó observando la noche gris.
Sand
miércoles, 2 de septiembre de 2009
Tercera parte
no pronuncio palabra alguna, de hecho, no movió un solo músculo durante varias cuadras, incluso no noto el momento en que Oscar vomito sobre el asiento ni cuando este, se sentó sobre su desagradable obra de arte; Erick pensó que quizá Oscar estaba ebrio, pero no recordaba haber percibido algún olor a alcohol cuando recién se encontró con este, sin duda, estaba drogado.
Se dio cuenta dos cuadras después que se le había pasado el centro comercial donde se encontraba “La Momia” la ahora irrelevante tienda de disfraces, coloco su cabeza lo mas atrás que pudo y dejo caer los brazos en señal de derrota, Oscar por su parte, estaba en la posición contraria a Erick, sus brazos se apoyaban en el asiento de adelante y su cabeza colgaba entre ellos apuntando al piso en caso de otro inesperado reflujo; algunas calles después el camión se detuvo por completo y se apagaron todas las luces, el chofer estaba por descender cuando de pronto pudo notar dos siluetas inmóviles al final del pasillo, tomo rápidamente el bate que cargaba siempre en el primer asiento mientras decía – Esos vagos se volvieron a quedar dormidos, encendió las luces pero pudo observar que eran dos figuras distintas a las que acostumbraba ver, aun que no por eso soltó el bate, les dijo con voz de mando – Ey hasta aquí llegamos; Erick paso sobre Oscar y salio por la puerta trasera, su desconcertado compañero lo siguió y caminaron varias cuadras sin articular alguna palabra hasta que la voz de Oscar dijo – Quiero vomitar, después de algunos cuantos espasmos siguieron caminando y fue entonces cuando Erick hablo – No lo puedo creer, viernes, el día que mejor me va y lo perdí, adiós dinero, adiós departamento, adiós todo; se sentaron a contemplar la desolada calle y Erick noto que había regresado el color al rostro de su acompañante, después de un corto silencio Oscar pregunto – Entonces son ciertos los rumores de que eres el mimo de Marcelott, Erick volteo repentinamente queriendo decir algo, pero perdió de súbito su impulso y con voz desconsolada respondió con un simple – Si, mientras volteaba al suelo y recogía algunas piedras, Oscar soltó una pequeña risita, no en tono de burla o sorpresa sino mas bien de complicidad, se dejo caer de espalda sobre la banqueta con los brazos abiertos y soltando un leve suspiro pregunto – Cuanto ganas al día como mimo? , Erick aun desanimado, contesto suavemente mientras lanzaba las piedras a un charco no muy lejano, - No es la paga, lo hago por gusto, - A joder a otro, respondió Oscar con tono burlón, - Dinero es dinero, solo dime cuanto ganas, el mimo Banowel lo pensó un poco y después de lanzar su ultimo proyectil sin acertar a su blanco, respondió, - Trescientos pesos diarios, aproximadamente, pero los viernes, ah los viernes, llego a ganar hasta ochocientos pesos, otra risita salio de los labios de su compañero laboral y después de otro suspiro pregunto, . Traes algo de efectivo? , - Poco, respondió Erick, - Suficiente para tomar un taxi hacia Puerto Alegre?, dijo Oscar con un tono de excitación pasajera, - Quizá alcance para eso, dijo el mimo algo desconcertado, entonces, Oscar se incorporo lenta y pesadamente y mientras posaba una mano sobre el hombro del abatido Erick le susurro al oído entre sonrisas – Amigo, esta noche te voy a volver un hombre rico.
Por: Javier Cárdenas Naranjo
martes, 1 de septiembre de 2009
Pasaron 17 minutos y se escucho el sonido de un claxon. El coche había frenado golpeando el parquímetro que adornaba la entrada del edificio de Erick. Oscar bajo agotado vistiendo una camisa de tirantes y unos calzones largos, se veía nervioso y no dejaba de sudar aunque el clima estaba frio. Empezó a gritar en la entrada y no dejaba de reírse, la casera enojada le respondía con más gritos. No paso un minuto y Erick bajo corriendo las escaleras para darle las gracias a Oscar, este a su vez tenía una sonrisa que no se podía quitar. Algo extraño pasaba con Oscar.
Los dos se subieron al coche y este no en encendía, Erick volteo a ver la banqueta y vio el parquímetro en el suelo. Le pregunto si él lo había chocado. Oscar soltó una risa desesperada y le dijo que no tenía frenos. Erick no supo que contestar. Le pidió dinero para tomar un taxi. Oscar abrió la guantera y le pregunto si le servían unos trozos de galletas. Erick bajo y tomo las monedas que estaban esparcidas por el golpe que había tenido el parquímetro. Pasó un taxi y alzó la mano. Le dio las gracias a Oscar y en ese momento se fijo que solo tenía puesta ropa interior. Titubeo para decir algo pero mejor se abstuvo, le dijo que le ayudaba con su coche cuando volviera. Oscar respondió que no había ningún problema, el coche lo tomó de un auto-lavado que estaba frente a su casa. Vieron que una patrulla de policía se acerco y los dos se alejaron de ese lugar disimuladamente.
Tomaron un autobús nocturno, solo había unos borrachos en los asientos posteriores. Oscar preguntó para qué lo necesitaba, Erick hizo el que no escuchaba, pero las preguntas seguían, Oscar decía que ya se estaba empezando a sentir mejor. Mejor de qué pregunto Erick. Simplemente me siento mejor. Erick no entendía y mientras Oscar hablaba se imaginaba una naranja estrellándose lentamente en su cara inerme, empezando por los dientes, la naranja deformándose lentamente alcanzándole la nariz, de pronto un sonido brusco los distrajo, los borrachos que estaban en la parte posterior del autobús estrellaron la botella de vino. Oscar se levanto y les empezó a gritar, una mancha amarilla se veía en sus calzones viejos. Agarro los vidrios que estaban esparcidos en el suelo, y lamio el vino que goteaba de ellos. Erick no lo podía creer.
Sand.